Cadmo, en la mitología griega, es conocido como el héroe que fundó Tebas en Beocia. Era hijo de Agenor, rey de Fenicia, y de su esposa Telefasa, y tenía tres hermanos: Fénix, Cílix y Europa. La historia comienza cuando Zeus, disfrazado de toro, secuestra a Europa. Agenor, angustiado, manda a Cadmo a buscar a Europa por el mundo, advirtiéndole que no regrese sin ella.
Cadmo, acompañado por sus hermanos y su madre, emprendió un extenso viaje en busca de Europa. Primero, Fénix abandonó la búsqueda y fundó Fenicia, luego Cílix hizo lo mismo y se estableció en Cilicia tras la muerte de Telefasa. Cadmo continuó solo hasta llegar a Delfos, donde decidió consultar al oráculo de Apolo. El oráculo le dijo que dejara de buscar a Europa y que siguiera a una vaca, construyendo una ciudad en el lugar donde el animal se detuviera.
Siguiendo el consejo del oráculo, Cadmo encontró una novilla en Fócida y la siguió hasta Beocia. Allí, la vaca se tumbó en un prado, señalando el sitio donde Cadmo fundaría la ciudad de Tebas, inicialmente llamada Cadmea. Para agradecer a los dioses, Cadmo envió a sus hombres a buscar agua en una fuente cercana, sin saber que estaba custodiada por un dragón feroz que devoró a casi todos ellos. Cadmo, valiente, logró matar al dragón.
Entonces, la diosa Atenea se apareció a Cadmo y le ordenó que sembrara los dientes del dragón en la tierra. De esos dientes surgieron guerreros armados, los «Spartoi» o «Sembrados», que se enfrentaron entre sí hasta que solo quedaron cinco: Echión, Peloros, Hiperenor, Ctonios y Udeo. Estos cinco hombres se convirtieron en los aliados de Cadmo y lo ayudaron a fundar Tebas.
Como castigo por matar al dragón, Cadmo fue condenado a servir al dios Ares, padre del dragón, durante varios años. Al finalizar su servicio, Zeus lo recompensó con el reino de Tebas y con la mano de Harmonía, hija de Ares y Afrodita. La boda de Cadmo y Harmonía fue una gran celebración a la que asistieron todos los dioses, quienes les ofrecieron espléndidos regalos, incluyendo un collar de oro y una túnica, ambos con un destino trágico en la historia de Tebas.
Cadmo y Harmonía tuvieron varios hijos, entre ellos Sémele, madre de Dioniso, y Polidoro, quien llegó a ser rey de Tebas. Sin embargo, la familia de Cadmo fue marcada por la tragedia, y al enterarse de que su descendencia estaría condenada a la desgracia, decidieron abandonar Tebas y retirarse a Iliria. Allí, lucharon junto a los enquelios contra los ilirios y finalmente gobernaron sobre Iliria.
Al final de sus vidas, Cadmo y Harmonía fueron transformados en serpientes por Ares como castigo por haber matado al dragón, y fueron llevados a los Campos Elíseos, donde vivieron en paz eterna. Además de fundar Tebas, a Cadmo se le atribuye la introducción del alfabeto en Grecia y otras importantes innovaciones culturales. Después de su partida, la ciudad de Cadmea fue rebautizada como Tebas por Anfión y Zeto, quienes la reconstruyeron y la rodearon de murallas.